Se ha definido libertad como “la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo una determinada obra o no llevarla a cabo”. La libertad ha suscitado un debate filosófico y político muy intenso durante toda la historia, pero el objetivo de este texto no pasa por entrar en él. Desde Queer Ekintza hemos puesto en marcha la campaña “Si te lo pide el cuerpo… ¡FOLLA!” con un objetivo muy claro y que está siempre presente en nuestra acción diaria y en nuestro trabajo ideológico: la defensa de la libertad sexual.
Frente a quienes defienden la diferencia, la diferencia entre hombre y mujer, la diferencia entre homosexuales, bisexuales y heterosexuales; frente a quienes ponen corsés a la realidad de las personas, incluida la realidad sexual, poniendo y exigiendo etiquetas; frente a quienes temen y demonizan todo aquéllo que se salga de la norma imperante, que es patriarcal y heterosexual. Frente a todas esas personas en nuestra asociación hemos trabajado la teoría queer, una teoría en constante evolución y de difícil definición; podría probablemente decirse que analiza nuestra sexualidad, nuestro género, nuestro sexo, considerándolos por separado, diferenciándolos e intentando definir de dónde procede cada uno de dichos parámetros. Finalmente procede a la deconstrucción del género y el sexo, definiéndolos como construcciones sociales y no naturales e intrínsecas, con lo que se les quita todo aspecto de obligatoriedad, de normatividad. Así pasamos a eliminar etiquetajes, a rehuir esos corsés de la mente; la sexualidad humana es demasiado compleja y cambiante como para poderse definir con términos estancos como “homosexual”, “mujer”, “masculina”, “heterosexual” o “pasivo”. Nosotr@s preferimos hablar de seres “sexuales”.
Es en ese sentido que hemos siempre defendido la libertad sexual, la libertad de que cada cual haga con su cuerpo lo que le dé la gana siempre que sea consentido tácitamente por todas las partes que participen en el sexo. No aceptamos las imposiciones, la imposición de una sexualidad definida, de una única manera de entender el sexo, no aceptamos la imposición sexual que supone la monogamia. Creemos sinceramente en que cada cual haga lo que quiera, en que nadie juzgue a nadie por ello.
Es en este hilo que surge la idea de hacer esta campaña. Analizar la teoría queer, o la teoría feminista u otras teorías, tender a la eliminación de los etiquetajes, es completamente necesario para nosotr@s si queremos defender la libertad sexual, pero ¿dónde comienza la libertad sexual? En el sexo.
Y es que hay otra forma socialmente establecida de coartar la libertad sexual de las personas, sin duda provocada por la educación judeocristiana, que es la que tenemos alojada en nuestras mentes y nos cohíbe a practicar sexo siempre que nos apetece. De ahí que animemos a la gente a follar, si es que se lo pide el cuerpo. No pretendemos afirmar que la libertad sexual pase por tener que follar mucho, ya que es parte de la libertad sexual elegir no tener sexo. Simplemente queremos animar a que la gente, si realmente le apetece, folle, dejándose de cohibiciones, de exigencias físicas, de miedos y de remordimientos de conciencia. Y cuando decimos follar queremos decir tener sexo en un sentido muy amplio, como se quiera, cualquier clase de práctica sexual consentida. Hay que huir del genitocentrismo y el coitocentrismo, porque corroen nuestra imaginación y nos niegan toda una serie de placeres y formas de disfrutar con nuestro cuerpo.
Poco más queda por decir, sólo que folles “en soledad o con quien(es) quieras, con tu mente, con tu ducha, con tus pies, con peluca, con su dentadura postiza, en la calle, sin orgasmo o como te dé la gana… pero si te apetece, ¡FOLLA!”.
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