A sólo diez días del comienzo de los Juegos Olímpicos, China sigue incumpliendo los compromisos que adquirió de introducir mejoras en materia de derechos humanos. La pena de muerte (incluso por delitos fiscales), la censura a periodistas y medios de comunicación, la represión contra los activistas por los derechos humanos... siguen ensombreciendo al gigante asiático.
Millones de personas en China confían en la presión internacional para lograr que los derechos humanos sean una realidad en su país.
En 2003, las autoridades del distrito Xuanwu, junto con algunos promotores inmobiliarios forzaron a trasladarse de lugar a un gran número de personas residentes en la ciudad. Entre los bienes expropiados se encontraban un restaurante y la vivienda de Ye Guozhu, que no recibió ninguna indemnización. Tres días después de solicitar permiso oficial para celebrar una manifestación de protesta, Ye Guozhu fue detenido, juzgado en secreto y condenado a cuatro años de cárcel por “buscar pelea y causar disturbios”.
Según informes, Ye Guozhu ha sido repetidamente torturado. En varias ocasiones, le colgaron del techo por los brazos y le golpearon; en otras fue golpeado con porras eléctricas y obligado a permanecer largas horas en posturas dolorosas con esposas y grilletes. El trato recibido en prisión, ha agravado los problemas de salud que Ye Guozhu sufría y las autoridades penitenciarias no le facilitan los medicamentos necesarios.
Para agravar aún más la situación, también fueron detenidos en septiembre de 2007 el hijo y el hermano de Ye Guozhu por protestar por los desalojos forzosos. Al liberarlos meses después les advirtieron que si seguían con sus reivindicaciones la situación de Ye Guozhu empeoraría.
El Centro por el Derecho a la Vivienda contra los Desalojos, con sede en Ginebra, calcula que más de 1.250.000 personas se han visto desplazadas en Pekín como consecuencia de los proyectos de remodelación urbana, algunos directamente relacionados con los Juegos Olímpicos. Según los informes, muchas personas han sido desalojadas sin plenas garantías y sin indemnizaciones adecuadas.
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